domingo, 1 de marzo de 2009

Nunca pasa nada...

Tengo yo un amigo la mar de majo, andaluz de pura cepa, con ese arte que tienen por las tierras del sur, que yo creo que es por el calorcito, que les imprime un caracter especial.Este amigo, como dicen los chavales, escribe "que te cagas", y no se le pone nada por delante a la hora de presentarse a concursos: bases que caen en sus manos, certamen al que va como una flecha. Campea por concursos y premios diversos a su libre albedrío, con la confianza que da la experiencia, y la alegría que acompaña todo lo que hace, como un cascabel que pone una nota de gracia por donde quiera que pasa.
Muchas veces hemos comentado el tema de que en algunos certámenes (muchos), no permitan peresentar un texto que a la vez está siendo presentado a tro. Esto es un engorro que te puede tener un año entero sin poder presentar ese escrito a otros certámenes, pero bueno, es un requisito y cuando uno se presenta, se supone que acepta las bases.
"¡Pero, mujer, tú no le eches cuenta a eso!- me dice- Anda que no tienen que darse casualidades para que se enteren de que lo has presentado en varios sitios a la vez!"
Y tiene razón, ya lo sé, porque tiene que coincidir que ganes un concurso y otro para que se descubra la "trampa", pero bueno, aunque es difícil, siempre queda un "por si acaso" que llama a la prudencia. Pero para mi amigo, la "Prudencia" no es más que una vecina de su madre, sorda como una tapia, igual de sordo que se vuelve él cuando le llamo la atención sobre su confianza al no ajustarse a los requerimientos de los concursos.
"Que no pasa nada, que se tendrían que poner de acuerdo todos los astros del firmamento para confabular en contra mía y que se me diesen tan malamente las cosas. ¡Relájate, mujer! Hay que ver lo nerviosa que eres"
Sí, sí, yo seré nerviosa, pero... Claro está que los astros no andan por ahí confabulándose todos los días, pero el día que les da por hacerlo, se confabulan de narices...
La última ocurrencia que tuvo mi confiado amigo, fue presentarse a un concurso en el que era requisito imprescindible ser universitario. Él, que la universidad la dejó atras hace veintitantos años, tuvo la feliz idea de enviar al certamen, no una, sino dos novelas, eso sí, a nombre de sus dos hijas, que estas sí que son universitarias.
"Son tres mil euros de las antiguas pesetas, niña- me decía con gracejo cuando me eché las manos a la cabeza después de contarme su atrevimiento- y estamos en crisis, no se puede andar por ahí desperdiciando oportunidades. No te preocupes, que no voy a ganar, no pasa nada, chiquilla, no pasa nada"
Pero pasó.
Y pasó bien pasado, porque ganó el certamen con una de las novelas, y con la otra quedó finalista.
Casi me quedo sin amigo andaluz del chorreo que le cayó de sus dos hijas.
"¡¡Manda huevos, leonesa- que así me llama a veces- manda huevos la mala suerte que he tenido al ganar!!"
Ahora llora por los rincones la pena de haber metido a sus hijas en un lío con la universidad puesto que si el pastel se descubre, ellas estarían cometiendo un fraude; y se tira de los cuatro pelos que le quedan al darse cuenta de que no tiene más que dos posibilidades: renunciar al premio para no fastidiar a sus hijas que hace días que no le hablan, o arriesgarse y ver publicadas sus novelas con un nombre que no es el suyo.
"Mis primeras novelas publicadas, y no podría decirlo, ni firmarlas, ni recibir las felicitaciones de nadie. ¿Cómo voy a dejar que esos libros lleven el nombre de mis hijas, por muy hijas mías que sean, si los he escrito yo? ¡Me he convertido en un "negro"! A mis años me he convertido en un vulgar "negro"!, y esto duele mucho, leonesa, esto duele en el alma"
Para no echar más leña al fuego, que ya bastante calentito está, lo único que he hecho ha sido darle una palmadita telefónica en el hombro, porque no le he visto personalmente todavía, y tratar de calmarle un poco, porque comprendo cómo se tiene que sentir y me da pena escuchar ese llanto lastimero en alguien que normalmente es la alegría de la huerta.
Definitivamente ha renunciado al premio, bueno, él no, sus hijas, que no sé qué disculpa habrán puesto para justificarlo ante el jurado, pero aunque me conmueve lo mal que lo ha pasado, espero que haya aprendido la lección.
"No se me vuelve a ocurrir, de eso nada. Mala bomba caiga del cielo y explote aquí mismo si digo mentira"
Pero esta mañana me ha llamado para decirme que se va a presentar al Planeta, y con la misma novela, al Azorín.
"¿Pero tú me ves a mí ganando el Planeta, alma de cántaro? ¡Que no, mujer, que no! Que lo hago para probar, que no pasa nada"
Yo no digo nada, pero a mí estas pruebas no me gustan, que nunca pasa nada...hasta que pasa.

Va por ti, niño, por el cariño que te tengo y lo mal que te sienta la tristeza con el arte que tú tienes.

1 comentario:

  1. No se lo que dirá tu hemana,pero lo has vuelto hacer. Si es que eres genial!!, Beatriz. Leo tus entradas en el blog y me parece que me han regalado la introducción al primer capítulo de una de tus próximas novelas. Me encanta cómo "lo narras todo", creas interés, desarrollas la acción, caracterizas personajes y "enganchas" con cuatro palabras que dejas aquí puestas. creo que definitivamente, lo tuyo es el campo de la novela.
    AH! y probecito amigo tuyo, ni me imagino lo que ha tenido que pasar, ¿o no tanto? o es por eso que dices tú de ser "andaluz" que se les pasa too muy rápido, niña.
    Un cálido abrazo de papel(yo también me presento a varios concursos con el mismo cuento)

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