sábado, 9 de agosto de 2014

PEPÍN Y LOLA HACEN DEPORTE


          
           -¿Qué haces, Pepín?
           -Estoy viendo vídeos de la luna.
           -¿Y pa qué?
-Para saber cómo es por dentro, ¿ves? Está llena de agujeritos, y hoyos.
-Pa que lo marcianos juguen al gof. 
Esta niña es así, pequeña, y claro, tiene muchas fantasías en la cabeza, a ver quién le explica que los marcianos son de Marte, como su nombre dice, en la luna serán lunianos o algo así.
-¡Vamos, niños! Hoy toca hacer deporte, vamos, a prepararse todo el mundo.
"Todo el mundo" somos Lola y yo, porque papá oye la palabra "deporte" y se pone malito, le duelen las piernas, la espalda, los zapatos...
-¿Os vais? - dice fingiendo pena, pero no- pues ya me gustaría ir con vosotros, cariño, (mentira cochinera en defensa propia), pero al ir a levantarme hoy me ha dado "un vago" tremendo.
Eso lo dice mucho, lo del vago, yo me imagino que es un señor pequeño y perezoso que tiene escondido en la espalda y está como amaestrado, cuando mamá habla de salir a hacer deporte, el pequeño vago le atiza y ya no puede venir.
-¡Venga, vamos, niños! Que aquí huele mucho a disculpas.
Las disculpas no huelen, pero papá y el pequeño vago de su espalda se quedaron allí tan campantes mientras nosotros bajábamos al trastero por las bicis.
- Luego voy a recogeros con la furgoneta ¿vale? Os espero allí y nos tomamos unas patatitas bravas.
- No hace falta, podemos volver andando.Nosotros somos valientes y deportistas, no como otros.
Y nos fuimos con los cascos, los guantes, la crema protectora, agua...bueno, como si fuésemos a correr el "Tur" por lo menos.
Mamá no tiene bici, así que iba primero por delante de nosotros, después a nuestro lado y a lo último muy, muy detrás de Lola y de yo.
Se ha empeñado en salir a correr porque dice que tiene las piernas llenas de pieles de naranjas, pero no es verdad, por más que la miras no ves ni siquiera una mandarina, nada de nada, sólo carne de madre normal, nada más, pero ella sí que se las ve, y tener las piernas de naranja debe de ser malo, porque se pone de un humor de oso polar, seguro que hay más sabores de piernas y a ella le gustaría tener las suyas de limón o de fresa, no sé, yo no pregunto nada, porque me parece que no te dejan cambiar de sabor de piernas, así que me callo.
Cuando llegamos al final del camino de bici ya nos estaba esperando papá, que iba por la segunda ración de patatas, y la primera de mejillones.
Lola y yo nos peleamos por un helado que queremos los dos pero sólo hay uno, gana ella, que es una caprichosa y una "lloramanteles", mamá se toma un mosto y riñe a papá por comer, pero él cambia de tema y nos dice que la furgoneta nos espera para llevarnos a casa.
-Nosoto vamo andando-dice Lola- ¿a qué sí mami? ¿A qué Nosoto somos valiente y deportista y vamo andando?
Mamá se quedó muy calladita, y cuando papá se acercó con la furgoneta la dieron como tentaciones de subirse, pero sé las aguantó, y con los ojos casi llorando, dijo:
-Claro, hija, nosotros vamos andando, que somos muy valientes.
A mí me hubiera gustado decir que yo tampoco soy tan valiente, ni tan deportista, que hay ratos que prefiero ser cobarde y volver a casa con papá que volver andando, pero me callé porque si no, luego Lola, me da el tostón ocho días.
-En fin-dijo mamá cuando empezábamos a regresar- hoy me van a quedar las piernas geniales.
-Mami- dijo Lola"metepatas"- si tú tenes las piena mu bonita, mami.
¡¡Socorro!! ¿Qué irá a decir?
-¿Tú crees, cariño? Tengo tanta piel de naranja...
- Que no, mamita, que no tene naranja tú.
-¡Ay, mi niña! ¡Qué preciosa! 
Verás la "preciosa" cómo la fastidia.
-Tú tene la luna en tus patas, mami.
-¿La luna? ¿Cómo la luna? ¿Por qué la luna, tesoro?
Lo veía venir, es que lo veía.
-Poque tene hoyo pa que lo maciano  juguen al gof, mira cuánto hoyo, mira, mami, uno, do, catorce, veinte... ¡Hala qué bien lo van a pasa lo macianito en las piena de mami, hala! ¿Está contenta tú, mamita? ¿Está mu contenta?
En ese momento, papá pasó con la furgoneta, pitó y nos dijo adiós con la mano.
-¡¡Jose, Jose!!- gritó mamá al verle- ¡Ay lo que me ha dicho la niña! ¡Que yo me voy contigo, Jose, que yo me voy contigo!
Pero qué va, tuvo que seguir con nosotros, porque papá, cuando oye un ruido raro en la furgoneta le da más voz a la radio para no escucharlo por sí se avería y hay que llevarla al taller, que dice que nos "soplan" una pasta. Así que se le oyó pasar de largo mientras sonaba "Paquito, el chocolatero".
-¡Dichoso Paquito, dichoso chocolate, y dichoso deporte!- dijo mamá que odia esa canción.
-Y dichosa la luna ¿a qué sí, mami? ¿A que dichosa la luna tamén?
- ¿Pero quién le ha contado a la niña esas cosas de la luna? ¿Quién ha sido?
-Ha sido Pepín, mami, ha sido él.
-¡¡¡¡Pepíiiiin¡¡¡
Acelero la bici, porque no sé cómo lo hago, pero siempre termina siendo culpa mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡¡Qué bien si comentas algo!!