domingo, 19 de enero de 2014

EN CASA DE PEPÍN Y LOLA TIENEN VISITA



A papá le han subido a algún sitio, no sé a dónde porque no cuentan nada, pero hoy vienen a cenar a casa personas humanas que no conocemos, y es por eso, por lo de papá.
-Mamá dijió “ballenas grandes”.
-No, mamá dijo “peces gordos”, que hoy venían a cenar “peces gordos”.
 Menudo rollo repollo.
No hay derecho, para que los padres lo pasen bien, los niños a la cama pronto, es que no lo entiendo, y encima, nos tenemos que dormir aunque no tengamos ganas, vaya morro.
-Es muy importante que os portéis bien, y tú eres el mayor, Pepín, así que, no quiero ni el menor ruido, os dejo acostaditos y ahora mismo a dormir-dice mamá antes de irse.
Hala, es una orden, a dormirse porque sí, como si tuviesen que escondernos para que no nos vea nadie.
-La nena no mueme poque no tene sueño. La nena quiere un cuento, la nena quiere bibe, la nena…
-¡Cállate ya, Lola! ¿No ves que hay visita? Y deja ya de decir “la nena, la nena” Eres ya muy grande, eres Lola, no “la nena”.



Se oyen ruidos en la entrada de casa, papá y mamá salen a recibir a los “peces gordos” y se les oye hablar a todos. Abro un poquito la puerta de la habitación, están felicitando a papá, ¡qué falsos! Si no es su cumpleaños ni nada…
-Lola quiere cuento, Lola quiere cuento con papito.
-Papá no puede hoy, te lo cuento yo, anda. A ver, era una vez que Caperucita iba por el bosque…
-Noooo, así no, con gafas, como papá, y con libo.
A saber dónde están el libro y las gafas de papá. Y prefiero encontrarlos  a que Lola coja una rabieta de las suyas, porque entonces sí que la tenemos.
-Vamos a ir a su cuarto, muy despacito, sin hacer ningún ruido y vamos a ver si las tiene allí. Si las encuentro, las cogemos, cogemos el libro y nos venimos sin rechistar. ¿Entendido?
Dice que sí, pero es muy mentirosa, ya me la conozco yo.
En el cuarto de papá y mamá no veo las gafas, Lola busca por los cajones, empieza a abrir unos y otros y va sacando ropa, yo me pongo nervioso de ver la que está organizando.
-¡Para! ¿Qué haces? ¡No saques nada! ¡para!
-Mia, eto e pa la teta.
Y se pone por la cabeza un sujetador de mamá. Parece un astronauta, y me da la risa, no puedo parar de reírme, ni Lola tampoco.
De otro cajón saca unos gayumbos de papá.
-Eso e pa culo- dice riéndose a más no poder, y aunque yo soy mayor y ya paso de todas esas cosas de pequeños, me da la risa tonta y me los pongo por encima del pijama.
-¡Chupemáaaaaan!- dice “Lolastronauta” revolcándose por la cama de mamá y papá.
No sé cuánto tiempo estamos así, riéndonos y sacando ropa que nos vamos poniendo por encima, casi lloramos de tanta risa.
De repente suena un ruido, parece un disparo, como en las películas.
-¡Se mató! -dice Lola y en un segundo pasa de reír a llorar de forma escandalosa. Yo también me asusto, a ver si se han cargado a alguien.
Salimos pitando del cuarto de papá y mamá y bajamos las escaleras antes de que el asesino se escape.
En un segundo estamos en el salón.
Lola deja de llorar, es una niña automática, no se le ve el On/Off, pero lo tiene, fijo.
Varias personas (humanas) nos miran sin pestañear, no parece que haya muertos ni asesinos. Tienen en la mano una copa con la que creo que estaban haciendo “chin-chin” como cuando se acaba el año, pero sin uvas y sin reloj en la tele.
Mamá abre mucho la boca y papá se está poniendo como azul marino o así.
Lola deja de llorar, se quita el sujetador de la cabeza y acercándose a mamá le dice:
-Toma, pa tu teta.
Yo sigo con los gayumbos de papá por encima del pijama, me he quedado muy quieto, no sé si acercarme o salir corriendo escaleras arriba antes de que nos caiga una buena. También llevo un camisón de mamá enroscado en la cabeza, como si fuera un turbante.
De repente, uno de los “peces gordos” pero que es flaco, empieza a reírse, y los demás, le imitan y se ríen todos a carcajadas.
Papá nos coge de la mano y nos lleva a la habitación otra vez, delante de la gente no dice nada, pero cuando nadie nos ve casi nos achicharra.
-¡Habéis estado a punto de arruinar mi ascenso, hijos, mi ascenso!

Bueno, si solo hemos “estado a punto”, menos mal, porque me parece que lo del ascenso es algo bueno, pero claro, como nunca cuentan nada…





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