viernes, 18 de septiembre de 2009

BASADO EN HECHOS REALES















Empieza el curso de nuevo
y espero al niño contenta,
abro los brazos al verlo
y flipo con su respuesta:

“Que ya no se dan besitos,
nos lo ha dicho la maestra,
que nos ponemos malitos,
y cerrarán nuestra escuela”

Me quedo petrificada,
¡¡Yo necesito besar!!
que cuando crezca… ya nada,
no se vuelven a dejar.

“Los besos son voladores
-dice mi retoño serio-
o nos llevan los doctores,
que nos lo ha dicho la seño”
Por encima del lavabo
casi asoma su nariz:
“Hay que lavarse las manos
mientras cantamos dos veces
el cumpleaños feliz”.
Pone el brazo en la boquita
si estornuda cada poco,
este año no quitamos
de las mangas tantos mocos.

“En el cole no hay peluches,
no sé si habrá plastilina,
no compartimos las chuches
ni nos damos la manita”

“No podemos abrazarnos
ni chupar el lapicero,
y nos escuecen las manos
de lavar hasta el cuaderno”

“¡Que no te beso, mamá!
-dice mi niño angustiado-
que viene la gripe A
y nos lleva al otro barrio”

¡¡Manda huevos con la gripe!!
que les deja sin infancia.
Virus los hubo siempre,
de Singapur hasta Francia.

Yo quiero besar a mi niño,
no con besos voladores,
con besos de los que suenan,
el volar “pa” los aviones.

Está bien ser precavidos
sin paranoias absurdas,
o viviremos metidos
en desinfectadas urnas.





Nos cogeremos la gripe,
sin saber ni cuál será,
tendremos toses y fiebre,
sea la B ó la A.


Y a los niños que les dejen,
que teniendo en clase tantos,
los “profes”, aunque lo intenten,
no pueden hacer milagros.

“Entonces, ¿te beso, mami?,
¿No viene la gripe A?”
Y le doy mil besos grandes:

MUÁ, MUÁ, y REQUETEMUÁ.



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