A papá le han subido a algún sitio, no
sé a dónde porque no cuentan nada, pero hoy vienen a cenar a casa personas
humanas que no conocemos, y es por eso, por lo de papá.
-Mamá dijió “ballenas grandes”.
-No, mamá dijo “peces gordos”, que hoy
venían a cenar “peces gordos”.
Menudo
rollo repollo.
No hay derecho, para que los padres lo
pasen bien, los niños a la cama pronto, es que no lo entiendo, y encima, nos
tenemos que dormir aunque no tengamos ganas, vaya morro.
-Es muy importante que os portéis bien,
y tú eres el mayor, Pepín, así que, no quiero ni el menor ruido, os dejo acostaditos
y ahora mismo a dormir-dice mamá antes de irse.
Hala, es una orden, a dormirse porque
sí, como si tuviesen que escondernos para que no nos vea nadie.
-La nena no mueme poque no tene sueño.
La nena quiere un cuento, la nena quiere bibe, la nena…
-¡Cállate ya, Lola! ¿No ves que hay
visita? Y deja ya de decir “la nena, la nena” Eres ya muy grande, eres Lola, no
“la nena”.
Se oyen ruidos en la entrada de casa,
papá y mamá salen a recibir a los “peces gordos” y se les oye hablar a todos.
Abro un poquito la puerta de la habitación, están felicitando a papá, ¡qué
falsos! Si no es su cumpleaños ni nada…
-Lola quiere cuento, Lola quiere cuento
con papito.
-Papá no puede hoy, te lo cuento yo,
anda. A ver, era una vez que Caperucita iba por el bosque…
-Noooo, así no, con gafas, como papá, y
con libo.
A saber dónde están el libro y las gafas
de papá. Y prefiero encontrarlos a que
Lola coja una rabieta de las suyas, porque entonces sí que la tenemos.
-Vamos a ir a su cuarto, muy despacito,
sin hacer ningún ruido y vamos a ver si las tiene allí. Si las encuentro, las
cogemos, cogemos el libro y nos venimos sin rechistar. ¿Entendido?
Dice que sí, pero es muy mentirosa, ya
me la conozco yo.
En el cuarto de papá y mamá no veo las
gafas, Lola busca por los cajones, empieza a abrir unos y otros y va sacando
ropa, yo me pongo nervioso de ver la que está organizando.
-¡Para! ¿Qué haces? ¡No saques nada!
¡para!
-Mia, eto e pa la teta.
Y se pone por la cabeza un sujetador de
mamá. Parece un astronauta, y me da la risa, no puedo parar de reírme, ni Lola
tampoco.
De otro cajón saca unos gayumbos de papá.
-Eso e pa culo- dice riéndose a más no
poder, y aunque yo soy mayor y ya paso de todas esas cosas de pequeños, me da
la risa tonta y me los pongo por encima del pijama.
-¡Chupemáaaaaan!- dice “Lolastronauta”
revolcándose por la cama de mamá y papá.
No sé cuánto tiempo estamos así,
riéndonos y sacando ropa que nos vamos poniendo por encima, casi lloramos de
tanta risa.
De repente suena un ruido, parece un
disparo, como en las películas.
-¡Se mató! -dice Lola y en un segundo
pasa de reír a llorar de forma escandalosa. Yo también me asusto, a ver si se
han cargado a alguien.
Salimos pitando del cuarto de papá y
mamá y bajamos las escaleras antes de que el asesino se escape.
En un segundo estamos en el salón.
Lola deja de llorar, es una niña
automática, no se le ve el On/Off, pero lo tiene, fijo.
Varias personas (humanas) nos miran sin
pestañear, no parece que haya muertos ni asesinos. Tienen en la mano una copa
con la que creo que estaban haciendo “chin-chin” como cuando se acaba el año,
pero sin uvas y sin reloj en la tele.
Mamá abre mucho la boca y papá se está
poniendo como azul marino o así.
Lola deja de llorar, se quita el
sujetador de la cabeza y acercándose a mamá le dice:
-Toma, pa tu teta.
Yo sigo con los gayumbos de papá por
encima del pijama, me he quedado muy quieto, no sé si acercarme o salir
corriendo escaleras arriba antes de que nos caiga una buena. También llevo un
camisón de mamá enroscado en la cabeza, como si fuera un turbante.
De repente, uno de los “peces gordos”
pero que es flaco, empieza a reírse, y los demás, le imitan y se ríen todos a
carcajadas.
Papá nos coge de la mano y nos lleva a la
habitación otra vez, delante de la gente no dice nada, pero cuando nadie nos ve
casi nos achicharra.
-¡Habéis estado a punto de arruinar mi
ascenso, hijos, mi ascenso!
Bueno, si solo hemos “estado a punto”,
menos mal, porque me parece que lo del ascenso es algo bueno, pero claro, como
nunca cuentan nada…
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