¡FELIZ AÑO!

AYER

-¿Qué hases, Pepín?

-Estoy pegando la hoja del mes de diciembre en el calendario otra vez, la pongo aquí, con cuidado.

-¿Y pa qué hases eso?

-Para que nadie se dé cuenta de que se ha acabado la Navidad, el año y todo.

-¿Y po quéeeeeee?

Ella es así, Lola lo pregunta todo veinte veces, como si se estuviese enterando de algo, hace que le expliques las cosas como si le importase.

-Porque en Navidad es como si todo el mundo se volviese más bueno, se dicen frases bonitas, se desean feliz año… y en cuanto empieza enero, se olvidan de todo. Nunca les oyes esas cosas en agosto por ejemplo, se podían decir  “feliz lo que queda de año”, pero no,  en cuanto termina diciembre es como si se deshiciese el hechizo, y todo el mundo deja de ser bueno y de desearse felicidad.

-¿Y po qué ponite el papel ahí ota ve?

-Pero si te lo estoy explicando, que no te enteras. Para que crean que todavía es Navidad, y se sigan mandando “guachaps” con corazones, angelitos y cosas de esas.

-Bah, no guta.

HOY

-¡Jose! ¡Jose!

Mamá llama a papá como si se estuviese quemando la casa, pero no.

-Mira lo que dice la niña, no te lo vas a creer, la he encontrado en la cocina, pegando la hoja del mes de diciembre en el calendario otra vez. Y dile, cariño, dile a papá por qué has hecho eso.

-Pa que siga la Navidá y la pesona sigan siendo mu buena.

La abrazan como si fuese a irse muy lejos, pero se queda.

-¡Pero, mamá! Si eso se lo he dicho yo ayer, yo he pegado la hoja del calendario y le dije que era para que nadie se diese cuenta de que la Navidad se ha terminado…

Lola pone un puchero que si llueve, se ahoga de tanto sacar el morro para adelante; papá y mamá me miran asombrados.

-¡Pepín, hijo! No seas así, nosotros os queremos a los dos igual, tú también tienes ideas maravillosas, pero ya es hora de aprender a reconocer los valores de tu hermana.

Si los niños que roban se llaman “cacos”, las niñas que roban (ideas) ¿cómo se llaman?

Pues eso, ya está dicho todo.