martes, 10 de abril de 2012

LLUEVE UN POEMA

     
     Esta agua, que tanta falta hacía, ha traído un poema a mi casa. O más bien debería decir "a mi coche", porque surgió mientras conducía y en el cielo se iba preparando el chaparrón. Gracias que viajaba con "secretario", que en un trocito de papel iba anotando las ocurrencias de su madre.
¡Milagro que no se bajase del coche y me dejase allí aparcada con la inspiración como única compañera!
Tienen que estar de hartos de mí...

LA NIÑA DE LLUVIA

Nubes negras en la tarde,
barrigas llenas de lluvia,
y la niña estrena un lazo 
sobre su melena rubia.






Zapatitos de charol
vestido de organdí blanco
caminando por la acera
a la misa de San Marcos.


Toda ella es un primor,
y el cielo se va nublando,
"¡que no llueva, virgencita!"
va la niña murmurando.


El rayo brilla a lo lejos,
el trueno ya está sonando,
la niña apresura el paso,
la calle se está mojando.


La gente corre a taparse
y la lluvia cae serena,
la niña sujeta el lazo
que está en su rubia melena.


Sobre los charcos del suelo
los zapatos se resbalan,
y las gotitas de barro
los calcetines le manchan.


Por la cara de la niña
dos gotas van escurriendo,
¿son de lluvia o son de llanto?
De sus ojos van cayendo.












El vestido empapadito,
el lazo todo arrugado,
el atuendo del domingo
la lluvia lo ha estropeado.


Se va de regreso a casa,
ya no va a misa a San Marcos.
Apoyada en la ventana,
su madre la está esperando.


"No llores más, reina mía,
yo te limpio los zapatos,
y con un rayo de sol,
mañana te haré otro lazo".


Besa la madre su cara,
la niña le da un abrazo,
y va secándose el pelo,
sentadita en su regazo.




¡Qué bien si os ha gustado!



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