viernes, 25 de noviembre de 2011

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO



  
 No soy amante de este tipo de recordatorios, me refiero a los días internacionales de "algo", de "lo que sea", no me gustan porque no solucionan nada, porque hay otros 364 días en el año en los que tampoco hay que olvidarse de que siguen muriendo personas por esta locura inexplicable que es pegar a la mujer (ni a la mujer ni a nadie, pero dado el día que es hoy, me refiero más a ese tema).

  Puedo asegurar que me he documentado, que he investigado, que he intentado averiguar alguna razón que pueda ayudarme a entender qué lleva a un hombre a comportarse de esta manera, pero lo único que he visto ha sido violencia sin razón, complejos de inferioridad, incapacidad afectiva, y miseria mental, mucha miseria.

  En el libro que (si todo va bien) pronto podré ver publicado, me he puesto en la piel de un maltratador, he intentado pensar, sentir, vivir como él, pero no se pueden buscar explicaciones donde no las hay, lo único que se puede hacer es buscar soluciones.

  
 Los gobiernos lo han intentado, la población parece cada vez más concienciada (parece), los cuerpos de defensa crean departamentos especiales, pero todo se viene abajo si falla la educación, si en las casas no enseñamos en igualdad, si sigue habiendo adolescentes que piensen que "si mi novio no es celoso entonces es que no me quiere..."     (Reportaje de la revista "Mujer Hoy" número 658, 19 de Noviembre de 2011).
   Todo parte de la educación, pero no de la que dejamos en manos de los profesores, NO, parte de la que tenemos que dar en las casas, en las familias.
   Un niño no nace maltratador, un niño se hace con lo que ve, con lo que aprende, con lo que tiene a su lado e imita, eso no podemos olvidarlo, y esa labor es nuestra, de los padres y madres que convivimos con ellos, no hay que volcar esa responsabilidad en los centros escolares, que tienen otras muchas funciones, es algo nuestro y no podemos olvidarlo.
   Con los maltratadores presentes, justicia para que no sigan haciéndolo, pero sin olvidar los maltratadores futuros, los que están aún a tiempo de no serlo jamás.
   Y por favor, que nadie me diga que no hay tanto maltrato como se dice porque muchas denuncias son falsas. Para ellas, para las mujeres que tanto daño hacen cometiendo lo que sin duda, tiene que ser un delito, mi más sincero desprecio porque con su actuación manchan el nombre de algo que es muy grande, no me refiero a ser mujer, no, me refiero a ser PERSONA.


1 comentario:

  1. El maltrato es una horrible epidemia que cada vez parece contagiarse más. Me pregunto si ese virus, en muchos casos mortal, no encontrará un caldo de cultivo, además de en las causas que expones, en el mimetismo imbécil que nos domina. Todos queremos aparecer en la televisión, en las noticias. Tristes héroes por unos días.
    Me gustaría que dieran igual publicidad, o más si es posible, a las condenas que la que le dan a la agresión. Tal vez fuera un arma disuasoria. No es que esté muy segura pero habría que intentarlo al menos.

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