miércoles, 13 de abril de 2011

¿POESÍA SINÓNIMO DE TRISTEZA?



      ¿Es necesario haber tenido experiencias negativas para alcanzar ese estado especial en que pueden llegar a escribirse mágicas palabras?



     ¿Es preciso llevar una vida de constante desengaño y sufrimiento para poder comunicar al lector esos sentimientos a través de versos sangrantes, de poemas cargados con dolorosa pólvora que se disparan sobre el blanco del papel aliviando la pena del poeta?

    ¿Es triste la poesía?

    Leía hace unos días una entrevista concedida por Antonio Gamoneda(http://www.magazinedigital.com/reportajes/los_reportajes_de_la_semana/reportaje/pageID/2/cnt_id/5916)

en la que hace referencia a la tristísima vida que llevó durante su infancia y juventud, donde
también expresa su concepto de vida como camino hacia la muerte y donde manifiesta la huella que ha dejado en el hombre de ahora, el niño que fue y que de algún modo, sigue viviendo en su interior y sobre todo, en su poesía.

    Leo también sobre otro de los grandes poetas de nuestro tiempo y su amarga experiencia vital, Juan Gelman, (http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Gelman)

que sufrió en lo que más duele, las crueldades de la dictadura argentina con la desaparición de su hijo y nuera, luchando posteriormente para recuperar al menos a esa nieta nacida en el cautiverio y con la que se encontraría veinticuatro años después .

  ¿Hubiesen sido iguales sus escritos sin ese sufrimiento que bacheó sus caminos? Esos poemas que destilan sensibilidad, dolor, pena, amargura… ¿lograrían llegar a nosotros con la misma intensidad?


    No cabe duda que cada uno de nosotros somos el resultado de lo que hemos vivido (padecido y/o disfrutado) y que tanto se escriba poesía como prosa, es inevitable que trascienda algo de esa experiencia vital del autor, que quede un rastro de nuestro ADN lo mismo que queda en el resto de acciones de nuestra vida y que nos identifica inevitablemente. Pero también es cierto que, con frecuencia, los autores, tanto de texto como de música dicen estar mucho más inspirados para la composición cuando atraviesan una etapa dolorosa en sus vidas.


   ¿Necesitamos sufrir para escribir? ¿Nos ayuda la tristeza a expresarnos mejor?


   Personalmente creo el escritor es como un actor, tiene que creerse lo que cuenta para poder hacérselo creer a los demás, meterse en el papel, vivirlo, sentirlo para que el lector lo sienta. Si además de eso, escribe sobre algo que ha experimentado, es lógico que le resulte más cercano recurrir a su propio recuerdo.


   No creo que la poesía sea triste, pero opino que el buen poeta, sabe convertir la tristeza en poesía.




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