Entonces, el tarro que contenía todas las letras del mundo, cayó sobre la mesa, derramando sobre ella historias sin contar, sueños sin cumplir, cuentos sin acabar y deseos por conseguir. Ante la sorpresa de las propias letras, un impulso mágico las llevó a colocarse de una determinada manera, y sabiéndose las dueñas de la comunicación, enviaron un mensaje, un ruego o un mandato, para que se cumpliera sin más dilación.
25 de Noviembre. Día contra la violencia de género (Igual que deben serlo los otros 364 días del año)
Querida Beatriz: Vengo de disfrutar tu texto en la voz de Asunción. Me gustó muchísimo, en particular las letras asombradas de su propia valentía.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
María