jueves, 13 de diciembre de 2012

¿75 CONSEJOS?



 Este  libro ha sido publicado por la editorial Alfaguara en 2012, y es de la escritora María Frisa.
 En él se pretende ayudar a los niños y niñas de 12 años a pasar esa etapa dificililla en la que se tiene la sensación de que nadie nos comprende, de que todo el mundo va al revés y somos nosotros los únicos que hacemos las cosas bien.
 En principio, no parece mala idea afrontar estos temas desde un punto de vista personal (está narrado en primera persona por Sara, su protagonista), siempre es mejor desdramatizar algo por lo que hay que pasar sí o sí, lo que ya no tengo claro es si los consejos que se dan ayudarán mucho, porque no es lo mismo pasar con el colegio con buen pie (más o menos lumbreras ya depende de cada uno) que salir de allí convertidos en pequeños insolentes.
Para muestra, unos botones en forma de consejos de los que la pequeña Sara da a sus lectores:

-Consejo 7: “Cierra la boca. No decir toda la verdad no es mentir”
(No digo yo que sea incierto, pero no sé si es procedente que a los doce años ya se piense así).
-Consejo 55: “MIENTE. MIENTE. MIENTE” 
(Mira qué bonito y qué fijación más maja tiene con la mentira).
-Consejo 67:  “Mucho cuidado con los buenos sentimientos. AHÓGALOS si hace falta".
(¡Cuánto tiempo hemos perdido tratando de enseñarles lo contrario! Mira que nos hemos quedado anticuados...).
-Otro: “Ya eres MAYOR para creerte eso de«no seas egoísta, piensa en los demás niños. Papá Noel tiene que traer para todos» ¡Qué me importan los otros niños!, ¿acaso ellos se preocupan por mí?
(Sí, porque con doce años son personas verdaderamente adultas, maduras y formadas, es mejor empezar a asentar buenas bases).
-Consejo 8:  “Si quieres que tus padres te compren algo, diles que lo necesitas para el colegio” 
(La criaturita promete, pero claro, es que hay que comprender que los buenos sentimientos los va a ahogar en el consejo 67, entonces claro...)
-Consejo 14:  “Escucha lo que hablan tus padres cuando creen que no escuchas”.
(Vamos, sé cotilla a más no poder, pero desde la discreción, eso sí).
-Consejo 23: “No intentes entender las decisiones de tus padres. Son totalmente injustas” 
(Resumiendo,  que no te compliques la vida, al fin y al cabo ya lo dijo alguien  "todos miran por lo suyo menos yo que miro por lo mío"...).
 -Consejo 24: “No merece la pena ayudar en las tareas del hogar a cambio de conseguir su cariño” 
(Y todavía no ha llegado al 67, el de ahogar los buenos sentimientos. ¿Qué sugerirá cuando ya los tenga bajo mínimos?).
-Consejo 28: “Cuando tus padres te suelten el rollo, aprovecha para pensar en tus cosas”.
(Hombre, esto lo hemos hecho y lo seguimos haciendo en el trabajo, con el amigo cansino, con el vecino protestón...pero tampoco hay que descubrírselo a los doce años, ya irán ellos dándose cuenta ¿no?).
-Consejo 37: “JAMÁS, JAMÁS dejes que tus compañeros conozcan a tus padres. No les des más motivos de burla” .
(No sé, con hijos así, yo igual también preferiría no conocer a sus amigos...).
-Consejo 49:  “No intentes entender a tu madre, es IMPOSIBLE. Sólo síguele la corriente”.
(¿Es tierna, verdad? Estoy por adoptarla, fíjate) 
-Consejo 39: “Empieza a ser  muy simpático con tus familiares unas semanas antes de Navidad”.
(Así, así, nada de materialismo, todo ternura, es más rica...)
-Consejos 16 y 62:  “No te engañes: no se salva ningún profesor”  “Nunca, jamás, un profesor te da algo bueno a cambio de nada”.
(Aquí no se salva nadie, hay para todos. Tanto educar, tanta tontería, con lo fácil que es criar pequeños tuercebotas...)
 -Consejos varios, a granel: “Ni por un momento te creas eso que dicen los adultos de que TODO lo hacen por nuestro bien”. 
 “Que tu mejor amigo sea mucho, mucho más tonto que tú"  “Cuando el compañero de mesa es más peligroso que un mal marido...”
 “Nunca admitas un error delante de tus amigas. Miente todo lo que haga falta”.
“Esfuérzate en caerle bien al más popular”.
 “Sal con alguien. Con quien sea” .

  A ver, que ya sé que ahora hay una corriente bastante extendida de que los libros para niños no tienen que ser necesariamente didácticos, que ya vale de tanta moralina, y me parece bien, pero no sé yo si entre un extremo y otro no habría que encontrar ese lugar tan difícil de alcanzar que es el término medio.
También quiero decir que como hay tantos gustos como personas, todas las opiniones son válidas y yo solo he querido reflejar la mía.





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