Llega el verano y los niños brotan en los pueblos como por arte de magia.
Esta pequeña poesía para esos pueblos en los que los abuelos y abuelas alivian el estrés que crea el calendario escolar, no en los niños, que están felices, sino en los padres que no saben cómo organizarse para atender el trabajo sin desatender a los hijos.
MI
PUEBLO
Si
te montas en el coche
y viajas
de un par de horas
ves
enseguida mi pueblo,
muy
cerquita de Zamora.
Cuando
papá era pequeño
se marchó
a nacer allí,
y
aunque ahora ya ha crecido
le
sigue gustando ir.
Tiene
mil cosas el pueblo
que
no tiene la ciudad:
los
pollos no están asados,
van
crudos por el corral.
La
leche no está en cartones,
la
llevan puesta las vacas,
y
los huevos, las gallinas,
que
no sé de dónde los sacan.
Puedo
correr por la calle
sin
que me pillen los coches
y
jugar con los amigos
hasta
que es casi de noche.
Tengo
ganas de que llegue
el
verano otra vez
para
irnos a mi pueblo
una
semana o un mes.
Como siempre: ¡Qué bien si os gusta!
Me encanta este poema!! Yo he pasado muchos veranos en ese pueblo del que habla y es cierto todo lo que dice.Lo pasabamos genial.Me encanta mi pueblo (Villabrázaro,Zamora)
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