viernes, 22 de febrero de 2013

UN CUENTO ESPECIAL


              Marta me pidió que escribiese un cuento para poder explicarle a su hijo de seis años que había nacido por fecundación in vitro, no es fácil contarles las cosas sin mentir, pero sin detalles que no necesitan saber porque tampoco podrían entenderlos. A cada edad le corresponde la información justa, que no les engañe ni se contradiga con lo que tendremos que ir añadiendo con el tiempo. No sé si acerté, ella me dijo que sí.
    Os dejo aquí esta historia que no es más ni menos que una conversación entre la madre y el hijo, nada tan grande como las palabras entre los dos:

                    EL CUMPLEAÑOS DE SERGIO


-¿Qué te pasa hoy, cariño? Estás muy pensativo.
-No, no estoy pensativo, estoy un poco muy enfadado.
 -¿Ah, sí? ¿Y con quién?
-Con Pablo Jiménez y con Lucas Rodríguez.
-¡Vaya! Pero si son muy amigos tuyos. ¿Qué ha pasado?
-Nada, que ya no son amigos míos porque ya no les “ajunto”.
-Pero ¿no me puedes contar lo que ha pasado? A lo mejor lo podemos arreglar.
-¡Que no, mamá! Que no se puede arreglar.
-Bueno, bueno, tendré que preguntar a sus mamás, ya sabes que son amigas mías.
-Pues no deberías “ajuntarlas” tú tampoco, son muy malas.
-Bueno, vamos a ver, Sergio, no sé lo que ha pasado, pero si crees que ha sido tan grave, creo que deberíamos hablarlo. Un niño no debe tener secretos con su  mamá...
-Pero es que tú no eres mi mamá y entonces yo no soy tu niño.
-¡Anda! ¡Esto sí que es bueno! Seis años creyendo que eres mi niño y ahora resulta que no. Creo que deberías explicármelo…


-Mi mamá es un frasco de cristal y mi papá otro, así que mira, vosotros me decís que no hay que contar mentiras y ya ves que me habéis contado una trola bien gorda.
-Vamos a sentarnos un rato, quiero que hablemos tranquilos ¿vale? Esto es muy importante.
-Sí, es muy importante. ¿Puedo ver “Bob Esponja” mientras hablamos? Es que con  los “hablamientos” me aburro.
-Pues no, cariño, ahora vamos a hablar los dos solos, sin televisión, ni dibujos, ni nada de nada, sólo tú y yo.
-Vale, porque es muy importante lo que me vas a decir de que mis papás son cristales ¿verdad?
-Lo primero que quiero es saber quién te ha contado  esa tontería.
-Pues Pablo Jiménez y Lucas Rodríguez, ya te lo he dicho, y a ellos se lo han dicho sus mamás, y hoy, mientras hacíamos un trabajo muy difícil en clase, que dijo Ana que era muy delicado, Pablo Jiménez y Lucas Rodríguez dijeron que era delicado como yo, porque mis papás son frascos de cristal y yo nací en un laboratorio, entonces Hugo me llamó “frasquito”. Y todos se rieron y casi lloro ¿sabes?
-Anda, ven, que te voy a contar un cuento ¿Qué te parece?
-¡Pero si no es de noche! ¿Ya nos vamos a la cama?
-No, a veces leemos cuentos aunque no nos vayamos a la cama…
-Pocas veces. ¿Hoy no tienes que hacer la comida, ni los deberes de tu trabajo, ni estudiar, ni escribir al ordenador ni nada?
-No, hoy sólo quiero contarte un cuento.
-Vale, te dejo que me lo cuentes. ¿Dónde lo tienes?
-Aquí.
-¿En los pulmones?
-No, en el corazón. Es un cuento que sale del corazón porque es especial para ti.
-Mamá, que cuando te inventas cuentos luego se te olvidan y no me los vuelves a contar igual nunca…
-No, este no es un cuento inventado, este es de verdad.
-¿Pero sin dibujos ni nada?¿Y lo van a sacar en DVD?
-Bueno, verás, sí que tiene dibujos, más bien, fotos. Voy a buscar un álbum  y las vamos a ir viendo juntos.
-¡Jo! ¡Qué rollo! ¿No puedo ver “Los Gormitis” mientras tanto?
-Que no, tú escúchame, te va a gustar mucho. Es un cuento precioso, te lo aseguro.
-Vaaaaaale. Empieza. En un país muy lejano, hace miles de años…
-Pues no, señorito, el cuento no ocurre en un país muy lejano, ocurre en esta misma casa, y no fue hace miles de años, sino sólo seis ¿Qué te parece?
-Muy bonito. Voy a poner a “Bob Esponja” ¿vale, mamá?
-Empieza cuando papá y yo nos conocemos y después de ser novios y todo eso, venimos a vivir a esta casa para estar juntos y tener una familia con niños, porque a los dos nos gustan los niños muchísimo y tenemos ganas de tenerlos.
-Ah, vale. Qué guay.
-Entonces, lo deseamos tanto, tanto y nos queremos tanto, tanto, que como hemos hecho las cosas bien hechas  y con mucho amor, esperamos que llegue pronto.
-¿Qué cosas?
-Pues…
-¿Qué cosas habíais hecho bien hechas?
-Pues las que hay que hacer para tener un niño: quererse mucho, darse muchos besos, caricias, cariño, amor… todo eso que va a hacer que el niño sepa desde antes de nacer que sus padres le van a querer muchísimo y entonces tenga ganas de conocerles y que se empiece a formar como una bolita pequeña en la barriga de la mamá.
-Ah, vale. Tengo hambre. ¿Puedo merendar?
-Espera, cariño, escúchame un poco, esto es importante.
-Pero puedo escuchar mientras como, las orejas no tienen nada que ver con la merienda.
-Mira, tú atiende, que es muy lindo lo que voy a contarte. Papá y mamá tenían unas ganas enormes de que Sergio llegase a esta casa, pero ¿sabes lo que pasó? Que Sergio no llegaba.
-Claro, no me habíais dicho la dirección y no os encontraba ¿a que sí?
-Seguro, cariño, seguro que era eso porque nosotros te buscábamos con todas nuestras ganas, con toda nuestra fuerza pero tú no llegabas.
-¿Y os “ponísteis” tristes?
-No sabes cuánto, no imaginas lo tristes que nos poníamos los dos cada vez que te buscábamos y tú no llegabas. Eran tantas las ganas que teníamos de tenerte que cada vez que asomábamos a la puerta y no estabas allí nos entraba una pena enorme.
-A lo mejor sí estaba pero no me veíais porque yo era muy bajito y no llegaba a tocar al timbre, ahora ya llego porque he crecido, pero entonces no llegaba ¿a que sí?
-Ahora eres muy grande y por eso me estás escuchando con tanta atención.
-Por eso y porque quiero merendar y poner la tele, también por eso, no te olvides.
-Bueno, pues vamos a seguir con esta historia tan bonita de cómo Sergio llegó a mamá y a papá. Resulta que como no encontrabas el camino normal para venir a nuestra casa, tuvimos que buscar otro camino, porque nosotros lo que más queríamos en el mundo, era que vinieses, que te quedases para siempre a nuestro lado.
-Ah, vale.
-Y eso fue lo que hicimos, buscar un sitio en el que nos ayudasen a indicarte el camino por el cual tenías que encontrar mi barriguita y crecer allí muy a gusto, porque sólo te faltaba eso, encontrar el camino.
-El padre de Pablo Jiménez tiene un GPS y claro, por eso llega a todos los sitios, como papá no lo tiene, pues por eso me perdí ¿a que sí?
-Puede ser, cariño, puede ser, pero lo importante es que llegaste. ¿Y sabes cómo? Pues porque en un sitio maravilloso nos explicaron lo que teníamos que hacer para encontrarte, porque el camino a nuestra casa estaba difícil y necesitábamos su ayuda para  encontrarnos los tres.
-¿Me perdí?
-No, mi amor. En ese sitio que es como un hospital para indicar caminos…
-Ya lo sé, se llaman albergues, y son para los peregrinos, lo estudiamos este año cuando Ana nos contó el Camino de Santiago.
-Bueno, no, este sitio es distinto, indican el camino a los bebés y les dicen dónde están sus papás.
-Y sus mamás.
-Claro, y sus mamás. Y eso fue lo que pasó, que allí nos juntamos nosotros contigo. Unas personas te colocaron dentro de mi tripa, en una casita especial que tienen las mamás en la tripa para que sus hijos crezcan bien hasta el día en el que nacen.
-¿Y no te duele tener una casa ahí dentro?
-No, porque mi casa llevaba esperándote tanto tiempo que cuando te tuve dentro fui la mamá más feliz de este mundo. ¿Y sabes? Cuando sentí que te movías dentro de mí, que me dabas pataditas como si estuvieses jugando al fútbol, lloré de emoción.
-Claro, porque te metí un gol ¿a que sí?
-Me metiste un golazo enorme, el mejor gol de toda mi vida.
-¿Y por qué lloras ahora? ¿Porque va perdiendo el Madrid?
-No, cariño, es que me emociono al recordarlo, pero es de contenta, también se llora de alegría. Mira, en esta foto te tenía en mi barriga.
-¡Ostras! ¿Me comiste?
-Cariño, ya te he dicho que te colocaron ahí para que crecieses hasta el día en el que ya te tocase nacer.
-¿Y qué día nací?
-El treinta de Septiembre.
-¡Anda, pero si es el día de mi cumpleaños! ¡Nací el mismo día de mi cumpleaños! Ya verás cuando se lo cuente a Pablo Jiménez y a Lucas Rodríguez, lo van a flipar.
-Sí, lo van a flipar, pero lo que quiero que te quede claro es que tú no has nacido en un laboratorio ni tus padres son frascos de cristal ¿me estás escuchando?
-Que sí, que me “ponieron” en tu barriga para crecer ¿Y por eso se te puso tan grande? Mira, en esta foto pareces un pez globo.
-Es que, ahí ya habías crecido mucho, y faltaba poco para que nacieses. Ya casi no tenías sitio dentro y tenías que salir.
-Y salí el día de mi cumpleaños ¿a que sí, mamá?
-Que sí, cariño, que ya te lo he dicho, por eso es tu cumpleaños. Mira, en esta otra foto ya has nacido y papá te coge en brazos por primera vez.
-¿Y por dónde salí? ¿Por la boca?
-No. Los niños salen por una puertita secreta que tienen las mamás. Es una puerta especial para sus hijos, sólo para ellos, que se abre con mucho cariño para que por fin la mamá pueda tener a su bebé en brazos y el papá también.
-¡Jo! ¡Qué de cosas especiales tienen las mamás! ¡Qué morro!
-Es que tener un niño es muy especial y todo tiene que estar preparado, porque es lo más importante del mundo para sus padres, por eso le quieren tanto y le esperan con tanto cariño como nosotros te esperábamos a ti.
-Vale. ¿Ya puedo merendar?
-Espera, Sergio, quiero que te quede muy claro que si alguna vez más, alguien te dice esas tonterías de los frascos de cristal, tú sepas que no es cierto y que te buscamos y creciste en mi barriga porque nosotros no podíamos conformarnos sin tenerte.
-Vale. Ya lo he entendido. Y ahora también sé por qué Blanca-Yun, la que va a mi clase y se sienta al lado de Jorge González, es china, porque se perdió por el camino como yo, y no encontró ninguna barriga china y se metió en otra de este pueblo ¿a que sí?
-Bueno… no es eso, cariño. Blanca-Yun es china porque nació allí y sus padres fueron a buscarla, pero es otra historia que le tendrán que explicar a ella como yo te he explicado a ti la tuya. Lo importante es que sepas que, a veces, los padres tienen tantas ganas de tener un niño o una niña que si no lo consiguen por el camino más habitual, lo buscan por otro camino, ya sea yendo a un hospital de los que enseñan caminos, o yendo a buscarlo a la China o al Japón, es lo mismo, al final, lo único que importa es que nos queremos mucho y formamos una familia. ¿Me has entendido?
-¡Que sí! Pero es que me aburro. ¿Puedo ya mirar a ver qué hay en la tele? ¿Y puedo merendar? Me están rugiendo las tripas.
-Lo estoy oyendo, parece que tienes un tigre ahí dentro. Mira, ya llega papá, anda, vete a darle un beso mientras te preparo un buen bocadillo.
-¡Papá, papá! ¡No sabes la que se ha liado por no tener un GPS! Me perdí y resulta que mamá tuvo que ir a un albergue para que unas gentes me pusiesen en su barriga, porque mamá tiene una casa que tú no conoces pero esa gente sí, y no puedes entrar porque sólo es para que entren y salgan hijos, y luego sales por una puerta secreta y pequeña y ya vas y naces. ¿Y sabes qué? ¡Que nací el día de mi cumpleaños! Pero no te preocupes porque tú y mamá no sois frascos de cristal, porque yo crecí en la barriga de mamá cuando ya la encontré porque no me habíais dicho la calle ni nada y claro, pues por eso no os encontraba aunque no parabais de buscarme todo el rato, venga a buscar y venga a buscar y Sergio que no llegaba hasta que llegué y ya nací y así todo el rato, y ahora ¿sabes lo que ha pasado? Pues que por haber estado tanto rato con los “hablamientos” me ha salido un tigre en mi barriga, escucha, escucha…Papá ¿nos vamos a comprar un GPS como el del padre de Pablo Jiménez que encuentra todos los sitios de la Tierra y del extranjero? ¿Eh, papá? ¿Eh? ¿Eh?
-¡Sergio! ¡A merendar!
-Mamá, me parece que te va a tocar contarlo todo otra vez porque yo se lo he explicado a papá pero no se ha enterado de nada. Está ahí, parado en el pasillo con la boca abierta y los ojos como platos. ¿Puedo ya poner la tele? ¿Puedo? ¿Puedo?

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Ilustraciones: Imágenes de emociones



1 comentario:

  1. Eres genial Beatriz. Me encanta el cuento.
    Un millón de besos
    Ana R.

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