Marta me pidió que escribiese un cuento para poder explicarle a su hijo de seis años que había nacido por fecundación in vitro, no es fácil contarles las cosas sin mentir, pero sin detalles que no necesitan saber porque tampoco podrían entenderlos. A cada edad le corresponde la información justa, que no les engañe ni se contradiga con lo que tendremos que ir añadiendo con el tiempo. No sé si acerté, ella me dijo que sí.
Os dejo aquí esta historia que no es más ni menos que una conversación entre la madre y el hijo, nada tan grande como las palabras entre los dos:
EL CUMPLEAÑOS DE SERGIO
-¿Qué
te pasa hoy, cariño? Estás muy pensativo.
-No,
no estoy pensativo, estoy un poco muy enfadado.
-¿Ah, sí? ¿Y con quién?
-Con
Pablo Jiménez y con Lucas Rodríguez.
-¡Vaya!
Pero si son muy amigos tuyos. ¿Qué ha pasado?
-Nada,
que ya no son amigos míos porque ya no les “ajunto”.
-Pero
¿no me puedes contar lo que ha pasado? A lo mejor lo podemos arreglar.
-¡Que
no, mamá! Que no se puede arreglar.
-Bueno,
bueno, tendré que preguntar a sus mamás, ya sabes que son amigas mías.
-Pues
no deberías “ajuntarlas” tú tampoco, son muy malas.
-Bueno,
vamos a ver, Sergio, no sé lo que ha pasado, pero si crees que ha sido tan
grave, creo que deberíamos hablarlo. Un niño no debe tener secretos con su mamá...
-Pero
es que tú no eres mi mamá y entonces yo no soy tu niño.
-¡Anda!
¡Esto sí que es bueno! Seis años creyendo que eres mi niño y ahora resulta que
no. Creo que deberías explicármelo…
-Mi
mamá es un frasco de cristal y mi papá otro, así que mira, vosotros me decís
que no hay que contar mentiras y ya ves que me habéis contado una trola bien gorda.
-Vamos
a sentarnos un rato, quiero que hablemos tranquilos ¿vale? Esto es muy
importante.
-Sí,
es muy importante. ¿Puedo ver “Bob Esponja” mientras hablamos? Es que con los “hablamientos” me aburro.
-Pues
no, cariño, ahora vamos a hablar los dos solos, sin televisión, ni dibujos, ni
nada de nada, sólo tú y yo.
-Vale,
porque es muy importante lo que me vas a decir de que mis papás son cristales
¿verdad?
-Lo
primero que quiero es saber quién te ha contado esa tontería.
-Pues
Pablo Jiménez y Lucas Rodríguez, ya te lo he dicho, y a ellos se lo han dicho
sus mamás, y hoy, mientras hacíamos un trabajo muy difícil en clase, que dijo
Ana que era muy delicado, Pablo Jiménez y Lucas Rodríguez dijeron que era
delicado como yo, porque mis papás son frascos de cristal y yo nací en un
laboratorio, entonces Hugo me llamó “frasquito”. Y todos se rieron y casi lloro
¿sabes?
-Anda,
ven, que te voy a contar un cuento ¿Qué te parece?
-¡Pero
si no es de noche! ¿Ya nos vamos a la cama?
-No,
a veces leemos cuentos aunque no nos vayamos a la cama…
-Pocas
veces. ¿Hoy no tienes que hacer la comida, ni los deberes de tu trabajo, ni
estudiar, ni escribir al ordenador ni nada?
-No,
hoy sólo quiero contarte un cuento.
-Vale,
te dejo que me lo cuentes. ¿Dónde lo tienes?
-Aquí.
-¿En
los pulmones?
-No,
en el corazón. Es un cuento que sale del corazón porque es especial para ti.
-Mamá,
que cuando te inventas cuentos luego se te olvidan y no me los vuelves a contar
igual nunca…
-No,
este no es un cuento inventado, este es de verdad.
-¿Pero
sin dibujos ni nada?¿Y lo van a sacar en DVD?
-Bueno,
verás, sí que tiene dibujos, más bien, fotos. Voy a buscar un álbum y las vamos a ir viendo juntos.
-¡Jo!
¡Qué rollo! ¿No puedo ver “Los Gormitis” mientras tanto?
-Que
no, tú escúchame, te va a gustar mucho. Es un cuento precioso, te lo aseguro.
-Vaaaaaale.
Empieza. En un país muy lejano, hace miles de años…
-Pues
no, señorito, el cuento no ocurre en un país muy lejano, ocurre en esta misma
casa, y no fue hace miles de años, sino sólo seis ¿Qué te parece?
-Muy
bonito. Voy a poner a “Bob Esponja” ¿vale, mamá?
-Empieza
cuando papá y yo nos conocemos y después de ser novios y todo eso, venimos a
vivir a esta casa para estar juntos y tener una familia con niños, porque a los
dos nos gustan los niños muchísimo y tenemos ganas de tenerlos.
-Ah,
vale. Qué guay.
-Entonces,
lo deseamos tanto, tanto y nos queremos tanto, tanto, que como hemos hecho las
cosas bien hechas y con mucho amor,
esperamos que llegue pronto.
-¿Qué
cosas?
-Pues…
-¿Qué
cosas habíais hecho bien hechas?
-Pues
las que hay que hacer para tener un niño: quererse mucho, darse muchos besos,
caricias, cariño, amor… todo eso que va a hacer que el niño sepa desde antes de
nacer que sus padres le van a querer muchísimo y entonces tenga ganas de
conocerles y que se empiece a formar como una bolita pequeña en la barriga de
la mamá.
-Ah,
vale. Tengo hambre. ¿Puedo merendar?
-Espera,
cariño, escúchame un poco, esto es importante.
-Pero
puedo escuchar mientras como, las orejas no tienen nada que ver con la
merienda.
-Mira,
tú atiende, que es muy lindo lo que voy a contarte. Papá y mamá tenían unas
ganas enormes de que Sergio llegase a esta casa, pero ¿sabes lo que pasó? Que
Sergio no llegaba.
-Claro,
no me habíais dicho la dirección y no os encontraba ¿a que sí?
-Seguro,
cariño, seguro que era eso porque nosotros te buscábamos con todas nuestras
ganas, con toda nuestra fuerza pero tú no llegabas.
-¿Y
os “ponísteis” tristes?
-No
sabes cuánto, no imaginas lo tristes que nos poníamos los dos cada vez que te
buscábamos y tú no llegabas. Eran tantas las ganas que teníamos de tenerte que
cada vez que asomábamos a la puerta y no estabas allí nos entraba una pena
enorme.
-A
lo mejor sí estaba pero no me veíais porque yo era muy bajito y no llegaba a
tocar al timbre, ahora ya llego porque he crecido, pero entonces no llegaba ¿a
que sí?
-Ahora
eres muy grande y por eso me estás escuchando con tanta atención.
-Por
eso y porque quiero merendar y poner la tele, también por eso, no te olvides.
-Bueno,
pues vamos a seguir con esta historia tan bonita de cómo Sergio llegó a mamá y
a papá. Resulta que como no encontrabas el camino normal para venir a nuestra
casa, tuvimos que buscar otro camino, porque nosotros lo que más queríamos en
el mundo, era que vinieses, que te quedases para siempre a nuestro lado.
-Ah,
vale.
-Y
eso fue lo que hicimos, buscar un sitio en el que nos ayudasen a indicarte el
camino por el cual tenías que encontrar mi barriguita y crecer allí muy a gusto,
porque sólo te faltaba eso, encontrar el camino.
-El
padre de Pablo Jiménez tiene un GPS y claro, por eso llega a todos los sitios,
como papá no lo tiene, pues por eso me perdí ¿a que sí?
-Puede
ser, cariño, puede ser, pero lo importante es que llegaste. ¿Y sabes cómo? Pues
porque en un sitio maravilloso nos explicaron lo que teníamos que hacer para
encontrarte, porque el camino a nuestra casa estaba difícil y necesitábamos su
ayuda para encontrarnos los tres.
-¿Me
perdí?
-No,
mi amor. En ese sitio que es como un hospital para indicar caminos…
-Ya
lo sé, se llaman albergues, y son para los peregrinos, lo estudiamos este año
cuando Ana nos contó el Camino de Santiago.
-Bueno,
no, este sitio es distinto, indican el camino a los bebés y les dicen dónde
están sus papás.
-Y
sus mamás.
-Claro,
y sus mamás. Y eso fue lo que pasó, que allí nos juntamos nosotros contigo.
Unas personas te colocaron dentro de mi tripa, en una casita especial que
tienen las mamás en la tripa para que sus hijos crezcan bien hasta el día en el
que nacen.
-¿Y
no te duele tener una casa ahí dentro?
-No,
porque mi casa llevaba esperándote tanto tiempo que cuando te tuve dentro fui
la mamá más feliz de este mundo. ¿Y sabes? Cuando sentí que te movías dentro de
mí, que me dabas pataditas como si estuvieses jugando al fútbol, lloré de
emoción.
-Claro,
porque te metí un gol ¿a que sí?
-Me
metiste un golazo enorme, el mejor gol de toda mi vida.
-¿Y
por qué lloras ahora? ¿Porque va perdiendo el Madrid?
-No,
cariño, es que me emociono al recordarlo, pero es de contenta, también se llora
de alegría. Mira, en esta foto te tenía en mi barriga.
-¡Ostras!
¿Me comiste?
-Cariño,
ya te he dicho que te colocaron ahí para que crecieses hasta el día en el que
ya te tocase nacer.
-¿Y
qué día nací?
-El
treinta de Septiembre.
-¡Anda,
pero si es el día de mi cumpleaños! ¡Nací el mismo día de mi cumpleaños! Ya
verás cuando se lo cuente a Pablo Jiménez y a Lucas Rodríguez, lo van a flipar.
-Sí,
lo van a flipar, pero lo que quiero que te quede claro es que tú no has nacido
en un laboratorio ni tus padres son frascos de cristal ¿me estás escuchando?
-Que
sí, que me “ponieron” en tu barriga para crecer ¿Y por eso se te puso tan
grande? Mira, en esta foto pareces un pez globo.
-Es
que, ahí ya habías crecido mucho, y faltaba poco para que nacieses. Ya casi no
tenías sitio dentro y tenías que salir.
-Y
salí el día de mi cumpleaños ¿a que sí, mamá?
-Que
sí, cariño, que ya te lo he dicho, por eso es tu cumpleaños. Mira, en esta otra
foto ya has nacido y papá te coge en brazos por primera vez.
-¿Y
por dónde salí? ¿Por la boca?
-No.
Los niños salen por una puertita secreta que tienen las mamás. Es una puerta
especial para sus hijos, sólo para ellos, que se abre con mucho cariño para que
por fin la mamá pueda tener a su bebé en brazos y el papá también.
-¡Jo!
¡Qué de cosas especiales tienen las mamás! ¡Qué morro!
-Es
que tener un niño es muy especial y todo tiene que estar preparado, porque es
lo más importante del mundo para sus padres, por eso le quieren tanto y le
esperan con tanto cariño como nosotros te esperábamos a ti.
-Vale.
¿Ya puedo merendar?
-Espera,
Sergio, quiero que te quede muy claro que si alguna vez más, alguien te dice
esas tonterías de los frascos de cristal, tú sepas que no es cierto y que te
buscamos y creciste en mi barriga porque nosotros no podíamos conformarnos sin
tenerte.
-Vale.
Ya lo he entendido. Y ahora también sé por qué Blanca-Yun, la que va a mi clase
y se sienta al lado de Jorge González, es china, porque se perdió por el camino
como yo, y no encontró ninguna barriga china y se metió en otra de este pueblo
¿a que sí?
-Bueno…
no es eso, cariño. Blanca-Yun es china porque nació allí y sus padres fueron a
buscarla, pero es otra historia que le tendrán que explicar a ella como yo te
he explicado a ti la tuya. Lo importante es que sepas que, a veces, los padres
tienen tantas ganas de tener un niño o una niña que si no lo consiguen por el
camino más habitual, lo buscan por otro camino, ya sea yendo a un hospital de
los que enseñan caminos, o yendo a buscarlo a la China o al Japón, es lo mismo,
al final, lo único que importa es que nos queremos mucho y formamos una
familia. ¿Me has entendido?
-¡Que
sí! Pero es que me aburro. ¿Puedo ya mirar a ver qué hay en la tele? ¿Y puedo
merendar? Me están rugiendo las tripas.
-Lo
estoy oyendo, parece que tienes un tigre ahí dentro. Mira, ya llega papá, anda,
vete a darle un beso mientras te preparo un buen bocadillo.
-¡Papá,
papá! ¡No sabes la que se ha liado por no tener un GPS! Me perdí y resulta que mamá
tuvo que ir a un albergue para que unas gentes me pusiesen en su barriga,
porque mamá tiene una casa que tú no conoces pero esa gente sí, y no puedes
entrar porque sólo es para que entren y salgan hijos, y luego sales por una
puerta secreta y pequeña y ya vas y naces. ¿Y sabes qué? ¡Que nací el día de mi
cumpleaños! Pero no te preocupes porque tú y mamá no sois frascos de cristal,
porque yo crecí en la barriga de mamá cuando ya la encontré porque no me
habíais dicho la calle ni nada y claro, pues por eso no os encontraba aunque no
parabais de buscarme todo el rato, venga a buscar y venga a buscar y Sergio que
no llegaba hasta que llegué y ya nací y así todo el rato, y ahora ¿sabes lo que
ha pasado? Pues que por haber estado tanto rato con los “hablamientos” me ha
salido un tigre en mi barriga, escucha, escucha…Papá ¿nos vamos a comprar un
GPS como el del padre de Pablo Jiménez que encuentra todos los sitios de la
Tierra y del extranjero? ¿Eh, papá? ¿Eh? ¿Eh?
-¡Sergio!
¡A merendar!
-Mamá,
me parece que te va a tocar contarlo todo otra vez porque yo se lo he explicado
a papá pero no se ha enterado de nada. Está ahí, parado en el pasillo con la
boca abierta y los ojos como platos. ¿Puedo ya poner la tele? ¿Puedo? ¿Puedo?
*************************
Ilustraciones: Imágenes de emociones
Eres genial Beatriz. Me encanta el cuento.
ResponderEliminarUn millón de besos
Ana R.