Internet, que no tiene fronteras, permite que todos visitemos páginas y blogs de cualquier parte del mundo, y por eso hoy, dedicado a las personas de otros sitios, que no conocen la Semana Santa de León, me gustaría dejar aquí unas imágenes que no son más que un brevísimo resumen de lo que han sido estos días en la ciudad.
A los pies de la catedral (de la que hablaremos otro día), se mezclaba el frío que envolvía la tarde con la música de las bandas que acompañan a las distintas cofradías. Los papones, ataviados con sus trajes y sus capillos cubriéndoles la cabeza, se preparaban para una de las últimas procesiones de este año. Pequeños músicos poco más grandes que su tambor miraban con cara de frío a la gente, y algunos de los cofrades más jovencitos, estrechaban la mano de otros niños a través de la reja.
La complicada ruta de los pasos que, magistralmente portados, logran salir por la verja exterior de la catedral hace que todos contengamos un momento la respiración.
Flores y sentimiento se confunden en el aire.
Pasión religiosa para unos, espectáculo cultural para otros, la Semana Santa leonesa no deja indiferente a nadie.
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